Del horno Estepeño a la Calle Cuna

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La Colchona

Fue en el siglo XIX cuando Micaela Ruiz Téllez, a quien apodaban la Colchona, empezó a elaborar con la manteca que le sobraba de la matanzas unos dulces muy parecidos a los mantecados que se consumen hoy en día. Mujer de un viajante que hacía la ruta Estepa-Córdoba, aprovechó los viajes de su marido para empezar a comercializar este producto y sentar las bases de la industria que ha llevado el nombre de Estepa por todo el mundo. Ahora, 160 años después, sus descendientes han ido un paso más allá abriendo el primer despacho de su firma de mantecados, La Colchona, en plena calle Cuna.

Santiago Fernández Alfaro es uno de los miembros de esta quinta generación de artesanos estepeños que han mantenido viva la esencia de los dulces de la Colchona y explica que la suya sigue siendo "una empresa artesanal". "Seguimos envolviendo a mano, utilizando hornos de leña y nuestra producción es limitada". Ahora, han dado el salto a la capital abriendo un despacho que estará activo entre octubre y diciembre. Mantecados, polvorones o roscos de vino comparten ya espacio en las estanterías de la tienda de la calle Cuna, donde se pueden encontrar también sus productos en tamaño mini para degustar en cualquier momento y lugar.

Primera tienda de la Colchona en Sevilla.