Estepa, ciudad de la Colchona

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La que fue denominada Astapa por los cartagineses quedó completamente destruida por los romanos en el año 206 a.c. Pero, como buenos estrategas, decidieron reconstruirla y rebautizarla con el nombre de Ostippo. Nombre que no debió gustar a los agarenos que la llamaron Istabba. A ellos se debe buena parte del trazado de sus calles, como en un gran número de poblaciones andaluzas. Pero también fueron ellos quienes trazaron la antigua fortaleza, que convirtieron en uno de los mejores conjuntos defensivos de toda Andalucía. Hoy día pueden verse los restos de ésta, que fue reforzada por los Caballeros de Santiago, artífices de un suntuoso alcázar y de los veintiséis metros que mide la torre del homenaje, que se hace hueco entre ruinas de palacios y otras dependencias. Cerca del torreón se encuentra la singular iglesia de Santa María, con apariencia de fortaleza.

Torre de la Victoria,construida en el siglo XVIII, la que se ha convertido en el símbolo de esta villa a la que se le concedió el título de ciudad en el siglo XIX.

Centuria en la que la historia de Estepa tomó aromas de dulzura. Y todo ello gracias a La Colchona, mujer de un transportista local, que gracias a la profesión de su marido, distribuía los mantecados que elaboraba en el camino hacia Córdoba y en la propia capital. Pronto comenzaron a tener fama estos deliciosos mantecados extendiéndose su consumo ya no sólo por Andalucía y por España, sino también en el mercado internacional. 

Hoy día, si se visita Estepa al inicio de la campaña navideña, en el pueblo se percibe un delicioso aroma.